Y a veces, cuando creemos comprender lo que sienten los otros, algo llega inesperadamente y nos saca de nuestra comodidad. Algo que no pudimos predecir, pero que deseábamos... a pesar de que parecia inalcanzable.
La vida nos demustra constantemente que nosotros somos sólo peones, dentro de un gran juego... mientras ella nos mueve a su antojo.
lunes, 20 de octubre de 2008
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