Verguenza ajena?

No creo que esté correcto llamarla "ajena", cuando estoy implicada como todos los argentinos. Díganme, ¿no sienten impotencia, verguenza y lástima cuando ven en retrospectiva el camino recorrido por nuestro país? Yo no puedo evitar las lágrimas y el vacío en mi pecho, por petenecer a un país que siento no tiene futuro. Y creo que hay pocas cosas peores que no tener futuro, que conocer el fracaso antes siquiera de que este se haya presentado...

No entiendo como se hizo la vista gorda ante tantas atrocidades, injusticias... ¡Cuántos hijos de puta tuvieron entre sus manos el dominio de este hermoso país! Y ni siquiera habían hecho mérito para ganarlo... Los detesto, con todo mi corazón, por robarnos la confianza, la credibilidad... el FUTURO.


Nuestra sociedad no comprende que si no ajustamos nuestra actitud y nuestras acciones, no vamos a tener la posibilidad de revertir este desagarrador destino. Por Dios! Vivimos en una época nefasta, llena de felicidades triviales y falsas. No existe la moral, los valores ni el amor. Todo se necesita YA y cualquier obstáculo en el camino es eliminado, como sea...


La familia se esfumó, junto con los sueños y la necesidad de saber, conocer, crecer... Lo único que importa es el exterior y a todos nos miden con la misma regla: cuánto/a cuántos estás dispuesto a dar/sacrificar/cagar para conseguir lo que querés.


Mientras algunos sólo se preocupan por apilar más plata y poder, hay cientos de miles de familias que luchan por no ver morir a sus hijos, que exigen trabajos, una vida digna. Pero como siempre, los que manejan el poder deciden mirar para otro lado, un panorama más tránquilo que les permita seguir regodeándose en su miseria y egoismo... rodeados de otros chupasangres como ellos, dispuestos a cualquier cosa.


Sinceramente, es lamentable vivir en un país así. Pero más lamentable es saber que haya afuera, el mundo es igual.