Tan ingenua, tan inocente. Nunca lo creyó capaz, pero jamás debió haber bajado la guardia... no, no, qué gran error! Jamás coloques a alguien en un pedestal, pues pierde su condición natural de humano y la decepción se vuelve inminente. Casi necesaria, diría yo. Pero qué sabia ella del amor, la vida, las relaciones? Tan frágil, tan pequeña, con los ojos demasiado abiertos a tan pequeños detalles y el corazón cegándole las cosas importantes. Nada le importaba ya; solo su fragancia, la textura de su piel... solo sus aterciopeladas y seductoras palabras. Un maldito seductor!, eso era él; completamente despreciable, pero muy capaz. La encarceló en su jaula, la hizo su prisionera. Y ella estaba tan feliz de serlo, era simplemente dichosa de estar encarcelada por tan majestuoso hombre. Pobre idiota, si hubiera visto al verdadero ser repugnante y mentiroso que se escondia detrás de esas deslumbrantes vestiduras y máscara. Tarde logró quitarse la venda, para encontrarse agonizante, consumida por la maldad y arrogancia de él. Tarde se dió cuenta de que todo el tiempo vivió en una ilusión, patética y sin sentido.
Le hubiera gustado jamás despertar. La realidad era tan dura.
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me inspiré y esto salió. me gusta como quedó, che ^^
miércoles, 1 de julio de 2009
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