lunes, 5 de octubre de 2009

Unas palabras conmigo misma

Pobre de ella, tan inocente, creyendo que a alguien le interesa leer sus aburridos problemas, tan rutinarios, tan pesados. A nadie le importa enrredarse en dramas ajenos, a pesar de que se muestren dispuestos a hacerlo. Es solo por una satisfacción personal; algo relacionado a "la buena acción del día", pero realmente... no les importa en lo absoluto.
Nadie quiere saber sobre tus inquietudes, para ellos son solo problemas superficiales provenientes de una persona insegura y traumada; nadie quiere leer sobre tu dolor o lo injustas que creas que son las cosas, muchas veces, en tu vida; nadie quiere escuchar, una y otra vez, tus sueños, tus miedos, tus broncas.
Todos viven mirando la punta de su nariz, dentro de su pequeño submundo, invadidos por sus propios problemas, inquietudes y traumas. Lo que necesites, vas a tener que conseguirlo sola.
Mejor anda pensando cuál es el camino más conveniente para llevarlo a cabo, en lugar de hacer catarsis con gente a la que le afecta muy poco lo descontrolada o triste que estás.
Mirate en un espejo y charla un rato. Seguramente, esa persona te va a escuchar con atención y va a lograr algo bueno de toda esa zarta de estupideces.

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