martes, 10 de noviembre de 2009

Otra vez

Sinceramente, no me importa más nada. Esta misantropía viene extendiéndose demasiado para mi gusto, pero qué puedo hacer? Todo en mi vida cambia asi: de una día para el otro, sin previo aviso, sin antestesia. El dolor pasa por cada centímetro de mi cuerpo y, por dios, que lo siento... como si fuera hoy. Aunque, todavía me pregunto por qué duele.
No es fácil que te lastimen tanto y de esa manera. Me soprende estar, hoy en día, bien. Poder decir, con toda seguridad, que me siento bien y que las cosas en mi vida, gracias a dios, funcionan bien. Pero, ese pesar dentro mio, se alimenta en los momentos de debilidad, soledad y de infaltable masoquismo. Porque, ya lo sabemos, soy terriblemente masoquista y, paradójicamente, en mis peores momentos, recurro a esas cosas que se, van a ponerme muchísimo peor y van a contribuir a que mi odio y frustración crezcan a pasos agigantados.
El problema es que la decepción es muy grande. Demasiado, tal vez. Ya no puedo contenarla, y poco a poco, va transformándose en una ira asesina que mantengo dentro como puedo.
Pero ya no se si me interesa contenerla y evitar las consecuencias. Nadie reparó en mi dolor cuando tuvo que liberar su ira, no? Quién pensó en mis sentimientos cuando utilizaban otros medios para infligirme dolor? Nadie. Y, sinceramente, no me molesta admitir que hay heridas que voy a llevar en mi cuerpo de por vida. Supongo que lo acepté como realidad y no me molesta: es parte de la experiencia; es parte de estar viva y como todo, tiene su precio. Pero no puedo evitar preguntarme si, realmente, merecia todo ese dolor...
Claro que no.
Lo que yo me pregunto ahora, es qué tendré que hacer para dejar de sentir esta ira, que se acrecenta cada vez que alguien me defrauda...

1 comentario:

Alexis Della Morte dijo...

o bien dejar de confiar y aislarte, o aceptar que las reglas del juego son las de dar confianza a cambio de felicidad esporádica y dolores que se extienden durante un tiempo mayor que el del sentimiento anterior...Aunque hay que reconocer que cuando lográs esa satisfacción de felicidad, es única y el momento de duración podrá ser corto, pero es tan profundo que calma cualquier dolor