jueves, 17 de junio de 2010

Romántica empedernida

No se cómo ni por qué, pero te extraño. Siento una pequeña soga que me mantiene atada a tu persona, haciendo imposible la tarea de no recordarte, aunque sea por un rato.
No puedo explicarlo. No me refiero a algo desconocido, sino a una forma de necesidad no experimentada por una relación en estas condiciones.
Y, qué hago ahora con este sentimiento en el pecho? Con la necesidad que mis brazos sienten solo en pensar que te abrazo, una vez más?
Cuántos sueños más tendré que enhebrar, hasta que llenes este espacio?





Cuántos besos de despedida tendremos que darnos, hasta que no existas más?

No hay comentarios: