No sé quién soy. Nunca lo supe
Solo sé que, en el afán de encontrarme, usé cada máscara que tuve a mi alcance.
Fingí ser mil personas diferentes, emulando actitudes y adoptando atributos que pronto se volvieron aburridos.
Intenté llenar el vacío de muchas maneras y solo conseguí alargar el plazo; un cosquilleo lejano, una risa confusa y un recuerdo borroso.
Me aferro a lo que conozco y señalo lo que vino antes de mí y antes que todos.
Quizás de tan perdida que estoy necesito a alguien que se encuentre conmigo y que pueda llevarme hacia mí misma.
Es doloroso no tener rumbo, no reconocer nada. Que cada imagen pierda su forma y su color en la memoria. Que la vida parezca un mal sueño del que se quiere despertar pronto.
No hay vida sin un yo y no hay un yo sin un verdadero rostro.
jueves, 1 de noviembre de 2012
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