martes, 1 de septiembre de 2009
3, 2, 1...
PUM! Vos, sabés bien que te hablo a vos. Me tenés harta, de todas las maneras que alguien puede cansar a una persona. Me siento la más estúpida por preocuparme, ponerle una tapa al pasado para que el olor a podrido no llegue, pero siempre se filtra por alguna grieta. No te cansás de mentir, mentir y mentir? No te ahogas en una vida, construida sobre una base de puras mentiras? Agradezco haberme dado hace un tiempo cuenta de la materia que componia a tu persona; de la clase: de la peor. Te confio mis cosas, más por costumbre que por otra cosa, pero agarrás mi codo, mi hombro y hundís a la fuerza mi cabeza dentro de ese cúmulo de porquería donde vivís vos. Y yo ahí no quiero estar. No me interesa volver, te lo deje bien en claro hace tiempo... Y seguís esforzándote, usando miles de tácticas para hacerme caer una vez más, pero no; lamento decepcionarte por primera vez: esta vez, la vida me dió ciertas ventajas y unos nuevos lentes, con los que veo con una claridad nunca antes experimentada. Esta vez, me rio y escupo todo delante tuyo porque ya no me molesta hacerlo; ya no me interesa si te desangrás por mis palabras o si te colgás de lo primero que veas. Me cansé de que te burles en mi cara todo el tiempo. No sabés que soy una loca obsesiva y que tarde o temprano me entero de absolutamente todo? Pensaste que ibas a poder enredarme y esconder tus sucios secretitos debajo de las baldosas? Bueno, tus secretitos salen y siempre me encuentran. Pero lo peor, es que sacan a relucir lo más bajo que hay en vos y eso no se esconde con nada. Sigo pensando igual que hace unos meses y creo que después de eso, ya no hay vuelta atrás.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario