Y qué, si ya aguanté tanto podría aguantar un poco más... no?
Una voz lejana dentro de mi cabeza repite insistentemente que no, que no lo haga; no tiene sentido. Y yo, le pregunto a aquella otra voz, que me empuja a aguantar, dónde están las pruebas, los motivos para confiar una vez más... y no sabe, no contesta... Se distrae entre halagos y pequeños detalles; efímeros, estúpidos, inconsistentes. El tipo de cosas que te hacen sentir llena apenas unos escasos minutos y que luego, vuelven a dejarte sumida dentro de esa absorvente y sofocante soledad, donde tu única compañera es la ansiedad.
Para qué soportar estos pequeños dolores, si al final del camino, solo hay puertas cerradas?
jueves, 15 de octubre de 2009
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2 comentarios:
te entiendo tanto !
totalmente, tal vez nuestros problemas esten a años luz de parecerse... pero aun asi nos sentimos igual. hay ke levantar la cabeza y seguir, como se pueda, pero siempre para adelante u.u
genial lo de la TEA, tambien a mi me la recomendaron jaja, el miercoles que viene tengo ke ir a una charla para definir bien con mi viejos, seguramente me termine inscribiendo ahi. En ke turno estas? en una de esas nos podemos llegar a conocer jajaja, un besito :)
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