Nada calmará la tormenta.
La suerte está hechada,
las cartas y el corazón sobre la mesa.
Las apuestas son altas, todo está en juego.
Nadie quiere perder,
pero alguien debe hacerlo.
El pulso de la noche repite mi nombre.
Entre el aire turbio y viciado,
mi mente solo piensa en sus ojos.
Entrego todo lo que tengo,
no quiero la inmensidad y frialdad de la cama
solas para mi, otra vez.
~
algo que escribí, hace menos de un mes. aunque lo siento tan lejano...
jueves, 22 de octubre de 2009
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1 comentario:
me encanto lo que escribiste :)
con respecto a la tea, ayer fui a la charla. me voy a anotar ahi, definitivamente.
besos :)
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