lunes, 21 de diciembre de 2009

Me espera, otra vez

Arrastres suaves, desgarradores;
ese vaivén quebradizo,
sufriendo cada historia, cada desenlace.
La vida, contada a través de su melodia.

Me sumerjo y recuerdo aquellos momentos,
y como la marea, me muevo a través de aguas cálidas;
a través de aguas frías y cortantes;
olas turbulentas y otras corrientes tan muertas.

Añoro aquellas miradas oceánicas,
cargadas de sal del mar, de emoción.
Extraño el azul profundo del infinito,
mezclado con la frescura de la libertad.

Deseo derretirme con la temperatura de la arena;
fundirme con sus rugosidades y destellos,
con el Sol, como único testigo,
de las promesas que la playa hace eternas.

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