Ceros. Ceros. Ceros son los únicos que me rodean. Cosas neutras, inconsistentes. Intrascedentes.
Nada frío o caliente; doloroso o placentero. Un gran mar de nada. Sin sabor ni olor... El aire tendría más protagonismo si le dieran la oportunidad... Pero no, todo debe desarrollarse de esta forma; tan insípida. Me da asco ver desaparecer el tiempo de esta forma, escaparse en finísimos granos, imperceptibles... Hasta que junten un número importante que moleste. Hasta que reunan fuerza y comiencen a devorar todo. Y luego, su inevitable destino a través de esa pequeña cintura... Hasta el final. Y de nuevo, otro juego, otro día, otra hora, otro minuto. El infinito, una y otra vez, girando en círculos, atrapado en si mismo, en su naturaleza y destino. Absorviendo vida, volviéndose más fuerte.
Yo, dentro de ese círculo, ese cordón, esa pista de reveses diferentes; siendo absorvida por el ruido constante y metódico. Exacto. Quebrando la calma, el libre albedrío.
Cargas negativas. Energías negativas.
La suma de negativos da positivo, no?
Todavía estoy esperando que eso suceda. Que varios negativos puedan, aunque sea, darme un solo positivo. Un solo grano a mi favor.
domingo, 6 de junio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario