Que se callen ahora las escuelas y los credos.
Atrás. A su sitio.
Sé cuál es su misión y no la olvidaré;
que nadie la olvide.
Pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo al bien que al mal, dejo hablar a todos sin restricción,
y abro de par en par las puertas
a la energía original de la naturaleza
desenfrenada.
Fragmento de "Canto a mí mismo" de Walt Whitman

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