Manos surcando un camino a través del bosque,
buscando aquel sendero perdido...
Imposible de encontrar sin una luz que las guíe.
No hay señalizaciones; mucho menos dedos amigos.
Son ellas. Nada más, en la inmensidad de la noche cerrada;
del bosque oscuro, vibrante de vida...
totalmente ajena a ellas.
Y entra la niebla desaparecen,
asi como el cuerpo que las guía.
La luna ya no las ilumina.
Todos se olvidaron de su partida,
asi como de su existencia,
Poco a poco, cada huella,
fue borrada por los soplos egoistas del viento.
lunes, 23 de agosto de 2010
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