Pienso en la idea de dejarte ir, de arrancarte de este quilombo; mi estómago se contrae y la angustia se apodera de mi.
Pienso en tirar más de la cuerda, aguantar, jugármelas por alguien que vale la pena. Pero no estoy bien. Y ya no entiendo por qué; qué permanece roto en mi y por qué soy incapaz de arreglarlo. Si tan solo pudiera desenmarañar mis ideas y rescatar algo... Alguna señal que me ayude a elegir una dirección, que me encamine. Que me haga pisar suelo firme. Porque siento que dejo de ser yo para convertirme en alguien más y no me gusta. No quiero perderme en la espesura, en la masa. Vender mi esencia. Ahogar todo aquello que me hacía creer en algo. Prenderlo fuego por alguna herida pasada. Por alguna herida que jamás sanó, que muchos ocasionaron y que yo sola me quedé contemplando.
Ya no quiero llorar ni ahogarme. Quiero llenar mi pecho de esas cosquillas que iluminan cada minuto de mi día. Quiero recuperar lo bueno.
No soporto la idea de que eso que comenzó, pueda haber terminado sin que me diese cuenta.

1 comentario:
Un golpe duro. El tuyo y el que me diste cuando leí la entrada...
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