Muriendo, de a poco, encerrada entre cuatro paredes, porque asi lo quiero y necesito. No quiero a nadie y, a la vez, te quiero. Mucho. Tanto. Y me pregunto si será sufiente. Me maldigo por no haber disfrutado cada abrazo, cada sonrisa, cada momento simple y lindo que tuvimos. Por golpearme todo el tiempo con dudas, por no aceptarme y aceptar mis limitaciones, por no empezar de cero, por no ir despacio, por no crecer con vos, por no disfrutar del viaje por pensar en la llegada.
Me odio por perderme en los demás y sus historias, por comparar, por anhelar lo que tenían, sintiéndome infeliz por no tenerlo, desvalorizando lo mio. Por encerrarme en mis problemas y hundirme... debajo de todos. Porque no era perfecto, pero era real. Porque extraño tus abrazos y tus ojos, lo hermoso que fue ese "Te amo" que dejaste escapar al final, vos también, preso de tus miedos.
Y tengo miedo. Es más fácil seguir sola... Menos responsabilidades y con los mismos ideales en mi cabeza. Porque cuando me eras inalcanzable te adoraba igual que ahora, pero sin miedo porque no podías lastimarme ni decepcionarme. Porque eras perfecto y yo sólo te necesitaba ahi, intocable, para alimentar mi ideal.
Porque lo real jamás es perfecto y nunca aprendí a aceptarlo.
Porque ni vos ni yo lo somos y no puedo con eso.
Porque las dudas y lo imperfecto me asusta demasiado como para estar con vos hoy, día a día, aprender y recordar lo lindo que fue, indiferentemente de a dónde la vida nos lleve.
Porque hoy, acá, sola, comprendí que todo aquello que pueda fracasar me horroriza.
sábado, 15 de enero de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario