Así como muchas palabras fueron dichas, también fueron retractadas. Cada abrazo, consuelo, cariño, arrebatados. Las memorias ultrajadas; el amor, manchado de odio.
Está bien. Ya me acostumbre a que todo, eventualmente, se termina y también, se hace mierda.
Las palabras van a dejar de resonar en mi cabeza. Mi cuerpo va a dejar de doler y extrañar. Mi alma se va a sanar (a medias).
Pero nada se va a borrar. Así es como debe ser. Porque lo vivido existe y existió, y tenemos que aprender a lidiar con eso.
sábado, 3 de septiembre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Coincido, no queda otra. Lo importante es aprender.
Saludos.
Publicar un comentario