miércoles, 11 de diciembre de 2013

442

Vivir en el ojo de la tormenta,
tal vez por costumbre,
tal vez por comodidad.
A veces, las opciones son muchas;
demasiadas.
Tantas, que caen una a una,
como fichas de dominó,
en el abismo de la destrucción.
Desaparecen,
dejando un halo de duda,
de miedo.
De muerte.


¿Qué camino es el correcto?
¿Qué actitud tomar, cuando todo es falso
y uno añora lo verdadero?


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