viernes, 10 de enero de 2014

Tantas metas, sueños, errores, consejos...
Me abruma la abundancia de recetas ajenas para la felicidad. Tanto, que no encuentro la mía; no la reconozco entre la multitud.
Sobran aquellos que se sienten seguros de estar yendo por el camino correcto, confiados de que el futuro proveerá, después de tanto esfuerzo.
Después están los otros, aquellos que parecen desafiar la moral, animándose a lo "prohibido", sin darse cuenta que pertenecen a una de las tantas variantes aceptadas socialmente.


No tengo idea cuál será el camino. A veces dudo siquiera de que exista uno.
La idea del azar y el sinsentido toman fuerza dentro mio como nunca antes.



De lo único que estoy segura es de que nacimos para destruir y de que nos sobran motivos para dejar ir todo.

No hay comentarios: