Me encuentro acá, rodeada de sombras absorventes, sofocantes. De ausencias que inundan mi alma de mares salados y lastiman mis ojos con la brillante escarcha. Cuándo fue que el frío noqueó nuestras ganas? Cuándo fue que el miedo paralizó nuestros destinos?
Miedo... a qué, exactamente?
Esa fuerza invisible, extrañamente poderosa y egoista, no dejó ver con claridad las cosas; colocó demasiado rápido sus manos delante de nuestras cuencas y nunca más nos dejó ser los mismos.
05~12~09
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Qué mierda que las cosas no cambien.
lunes, 8 de marzo de 2010
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