miércoles, 24 de marzo de 2010

A pesar de creeme fuerte y ajena a todo; de creer que pasaría otra vez, que ya había comprendido a la perfección la dinámica del juego, sus redes me atraparon una vez más... Con la más dolorosa de las partidas, ahogada con mis propias fichas. Duele; duele entregar la apuesta y perder justo por el número anterior. Duele... y ya no quiero que duela. Nunca más

No hay comentarios: